martes, 25 de mayo de 2010

Sobre los procesos electorales que hemos vivido y el futuro que nos espera

Al acabar el debate de esta tarde me he quedado en la cola del turno de palabra. De todos modos, lo que quería decir puedo dejarlo por aquí para quien quiera escucharlo.

Hemos vivido unos procesos electorales sencillamente repugnantes por una serie de movimientos sucios y lejos de toda ética.

Unas elecciones en las que la existencia de listas de apoyo ha decapitado la representatividad de los candidatos independientes, logrando acentuar en la Junta de Facultad la fuerte separación entre dos bandos aparentemente opuestos.
Unas elecciones en las que se ha manipulado y tergiversado a mansalva, logrando sembrar la discordia incluso entre los representantes de estudiantes.

No sé quién va a ganar en las próximas elecciones, pero sí veo muy claro quién ha perdido.

Ha perdido la gente que se presentaba con miras más allá de la elección a decano, gente que probablemente tenía más que ofrecer que otros que han ganado.
Hemos perdido los estudiantes al ver a nuestros representantes tristemente divididos.
Ha perdido el espíritu democrático que podía haber tras todo este circo.
Ha perdido la credibilidad y dignidad de muchos.
Ha perdido, en su conjunto, la facultad.

Puede que esté siendo terriblemente pesimista después de haber presenciado un debate destructivo en el que primaron las acusaciones y ataques personales frente a la exposición de ideas y proyectos.
Gane quien gane, lograr una mínima unidad en la facultad para hacer que las cosas funcionen parece, después de hoy, poco menos que imposible.

Javier Gorgas mantiene en su programa una bonita frase sobre "luchar por la creación de un verdadero espíritu de facultad" que estoy seguro de que María Luisa Lucía compartiría.

La pregunta que querría haber hecho a los candidatos es qué esperanzas tiene cada uno en alcanzar un clima de conciliación en la facultad y cómo piensa luchar por ello una vez haya salido elegido.
En cierto modo, esta pregunta la formuló Pepe Aranda al preguntarles si se había planteado alguna posibilidad de coalición entre los candidatos y la respuesta pareció ser bastante negativa (al menos por una de las partes).

Ahora ya sólo me queda luchar por no perder la esperanza de que todo esto termine pronto y que una vez acabado todo este circo, una vez haya vuelto la tranquilidad a la Facultad, las posibilidades de conciliación y unidad entre estas "dos facultades" aumenten.
Asimismo, espero que ese clima de conciliación se produzca antes y en mayor medida, entre los representantes de estudiantes, porque estoy seguro de que en la mayor parte de las decisiones que haya que tomar en un futuro, nuestra lucha va a ser la misma y sólo unidos es como tendremos suficiente voz para conseguir cosas, especialmente en una Junta dominada por un sector y en la que para obtener la mayoría no sea necesario el voto del estudiante.

Espero esto por el bien de todos los estudiantes.

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